jueves, 18 de septiembre de 2008

19- HACIENDO EQUILIBRIOS


El nombre de esta ciudad Chong Qing, literalmente significa “doble suerte” y se remonta a uno de los hijos de uno de los emperadores de China que vino a trabajar a esta región y fue elegido por su padre primero como Príncipe y posteriormente como emperador de China.

Dos grandes ríos acarician las orillas de esta ciudad y se unen aquí: el río Yantse, más conocido entre nosotros como el Río Amarillo, pero que ellos denominan Changjiang (el río más largo de China y el tercero del mundo con 6.300 km de longitud); y el río Jialing. Chongqing tiene tres centros neurálgicos: uno en cada una de las orillas del río, y un tercero en una ínsula que ha quedado atrapada entre la corriente del agua y que no es otro que el “casco viejo” de Chongqing. En esta ciudad inabarcable encontramos enormes rascacielos junto a miles de pequeños puestos callejeros, placas de neón por todas partes y pequeños o grandes templos.

De lo que no cabe duda es que también nosotros hemos tenido “doble suerte” con los dos pequeños que nos han confiado: Xiao Hu lo mira todo como no queriendo perderse nada, e intenta una y otra vez mirarnos cada vez que hace algo para saber si lo aprobamos o no; y Pablo, que trata con cariño protector a su hermano pequeño, al mismo tiempo que reclama su parte de protagonismo en esta historia que estamos escribiendo.

Creo que podemos decir que nuestros dos hijos son como dos piedras de jade que encierran el amor en el brillo de sus ojos, la verdad en la transparencia de sus vidas, la sabiduría en la sonoridad de sus risas, el valor en la tenacidad que demuestran por agarrarse a la vida, y la justicia por la suavidad con la que rodean nuestros cuellos al estirar sus brazos.

No hay ninguna duda: nuestro hijo Xiao Hu sufre "habitaciónfobia". Mientras estamos en la calle no hay ningún problema, está contento y no se acuerda casi de los brazos. Sin embargo, cuando llegamos al hotel y enfilamos el camino de la habitación se le va cambiando el rostro y el culmen se da al abrir la puerta del cuarto. No sabemos a qué lo tendrá asociado porque, cuando fuimos al orfanato y nos llevaron al dormitorio, Xiao Hu fue un perfecto anfitrión: corría de un lado para otro enseñándonos a todos sus amiguitos. Sin embargo aquí ejercita los pulmones y limpia las fosas nasales...

Así que cuando os preguntéis qué estaremos haciendo imaginadnos siempre fuera de la habitación: en el hall del hotel, o cuesta arriba y cuesta abajo por esta ciudad. Lo malo es que a Pablo, no le gusta pasear porque es un "rollo" y "siempre hacemos lo que quiere Xiao Hu" (esto era de esperar pero tan pronto...); él quiere ir a la piscina del hotel (cosa que a nosotros nos da una cierta pereza); Mikel quiere pasear (yo con mis piernas lo tengo bastante difícil porque aquí todo son cuestas y escaleras); y a Xiao Hu le gusta el movimiento (la piscina no le inspira demasiado). Como podéis ver lo tenemos bastante difícil: Xiao Hu nos reclama; Pablo muy directamente a cada minuto dice a su manera "Pablo existe" y mis piernas aguantan hasta donde aguantan...


Yo sólo sueño con la dieta mediterránea porque la verdad es que con la comida no estoy disfrutando demasiado... La zona donde estamos, como dice la pareja que viene con nosotros, es muy china, aquí no se ven muchos extranjeros y por lo tanto no hay muchas posibilidades de comer cosas que no sean chinas. Además la comida se caracteriza porque es muy picante, con muchas especias, y es muy valorada por los chinos, para ellos es algo así como si fuera comida de Arzak o Ferrán Adriá. Pero salvando estas pequeñeces, estamos de maravilla...

Esta mañana hemos visitado el templo del Dios del agua: nos ha parecido un templo muy chino. Xiao Hu dormía, con lo cual podíamos disfrutar, pero Pablo se quejaba... ¡Una maravilla! Como podéis ver en la foto de hoy, Pablo tiene una expresión de estar pasándoselo fenomenal. Seguimos sintiéndonos minuciosamente observados, no os podéis hacer una idea lo descarados que son. Esta tarde la guía nos ha entregado en el hall del hotel unos documentos para que verificáramos si los datos estaban correctos y tres señores se han puesto detrás de Mikel a leerlos...

Cuando llega la hora de dormir Xiao Hu reclama brazos, y Mikel se ocupa de cogerle, y repitiéndole al oído frases como “Ni bie ku le” (¡No llores más!), “Mei guan xi” (¡Está bien!), o “Wo tai ni” (¡Te quiero!)… consigue con paciencia que se duerma antes de poder dejarle en su cuna.

Esto es todo por hoy, amigitos, Buenas noches también para todos.

1 comentario:

Esther dijo...

Kaixo family! Acabo de sentarme a ver que contáis y me alegro que ya se vayan normalizando las cosas. Asier ha estado un poco conmigo, pero ya se ha ido a ver si convence a su padre para irnos por ahí. Hoy es sábado y toca cansarse. Bueno, ya os queda menos, ya lleváis una semana y supongo que el papeleo seguirá sus cauces normales. Para cuando queráis daros cuenta, ya estaréis en casa. Nosotros deseando veros, porque ahora que estáis en China os vemos y sabemos más de vosotros que cuando estáis por aquí. Bueno, ya me reclaman, Asier quiere convencerme para ir en bici pero no sé yo. Muchos besos para todos y hasta mañana.